Las publicidades son el medio por cual se venden ideas. El publicista, a diferencia de lo que muchos creen, no debe tratar de vender. El trabajo del publicista en «Tratar de comunicar un producto o servicio».
Lo que la publicidad hace es básicamente:
> Mostrar un producto o servicio.
> Enseñar aquello que caracteriza lo publicitado.
> Mostrar el porqué algo es bueno, mejor, y digno de nuestra atención.
Para elaborar publicidad, lo principal es elaborar «Target». Es decir, que se debe fabricar previamente la idea de un posible comprador. Ahí es donde entran en juego la investigación de mercado.
Digamos que me contratan para elaborar la publicidad de una compañía de bebidas carbonatadas (Sodas, Gaseosas, Refrescos, según el País donde estas ahora). Lo primero que debo hacer es ver quienes son los potenciales compradores y que es aquello que les gusta. Ejemplificando las cosas, podemos idear la idea de un destinatario joven, moderno, amante de la cultura estadounidense, etc. Por tal motivo se elaborará un target. Una idea sobre la cual trabajar para crear la publicidad indicada.
Si por ejemplo, mis destinatarios, o posible grupo comprador sean jóvenes, no puedo poner una publicidad con adultos, vestidos de traje y corbato bailando jazz. Sé que puede parecer un chiste, pero en tiempos cuando Psicoanálisis, Semiología, Linguística, Sociología, y demás ciencias destinadas a la comunicación, estaban todavía en pañales, esta clase de errores (Elegir el target equivocado, o uno poco claro) eran moneda corriente. A continuación, algunos ejemplos de publicidades mal hechas.